lunes, 23 de marzo de 2009

El impacto humano sobre el medio ambiente

Después de la Segunda Guerra Mundial, el crecimiento del consumo, la expansión de las ciudades y de laindustria, la aplicación de técnicas agrícolas avanzadas, el desarrollo de los transportes,etc., han acelerado e intensificado el impaco humano sobre el medio ambiente.

¿Qué es un ecosistema?


También conocido como biomas, estas regiones de tierra forman la superficie de la tierra. Toda la superficie terrestre, a excepción de las zonas heladas de la Antártica y Groenlandia son parte de este ecosistema. Pero, ¿qué es un ecosistema?.
Un Ecosistema es una región de tierra que posee su propio clima y vida. La cantidad de lluvia, la temperatura y luz solar, hacen que cada región sea como es. Cada bioma está lleno de animales y plantas que se han adaptado a esa tierra. A todos estos ingredientes, a la tierra y sus habitantes, se le llama ecosistema.
Existen ocho biomas en el mundo y cada uno es diferente. El primer bioma es el
océano. Este es el bioma más grande de todos ya que el agua compone la mayor parte del planeta. Las selvas, son áreas únicas en donde muchas especies animales viven en el calor y la humedad. Las áreas más frías, las que reciben mayor cantidad de agua lluvia, forman los bosques templados. Y cuando no hay suficiente agua de lluvia en ciertos territorios, se forman la praderas.
A las regiones secas y calientes se les llama
Desierto, mientras que a las regiones de frío extremo que se encuentran en el norte de Norte América y Asia, se les llama tundras. Taiga es el nombre que se le da a las regiones existentes entre las tundras frías y los biomas de los bosques y pastizales de temperaturas más cálidas. Finalmente, existe una muy pequeña porción de tierra tanto en Europa como en Australia conocida como, Chaparral.

La ciudad, un ecosistema abierto

En los últimos años, paralelamente a la preocupación creciente por los aspectos ambientales de desarrollo, se ha profundizado una comprensión de lo ambiental, no como un capítulo o norma más, sino como un aventajado enfoque que permite integrar factores y procesos muy diversos que inciden en la transformación de la ciudad y la región, en la calidad de vida de sus habitantes y en algo más importante aun que el cómo vivimos: hacia qué estamos evolucionando como especie.De tal modo, la ecología urbana se ha ido convirtiendo, recientemente, en una herramienta protagónica en la planificación urbano-regional en todo el mundo, comprobando, de nuevo, la cualidad integradora, de la visión ecológica. Sin embargo, hasta ahora, la dificultad de formalizar modelos explicativos o de gestión para el ambiente urbano ha llevado a confinar el tema en “el verde urbano”, o en los “impactos ambientales”, como capítulos aislados y autocontenidos junto a otros del urbanismo. El propósito de esta exposición no es, ni remotamente, invalidar otras aproximaciones, desde los mismos u otros campos o perspectivas, al diverso y complejo fenómeno urbano, sino compartir una propuesta explicativa e invitar a una discusión interdisciplinaria que oriente el encaje de esta pieza en un discurso polifónico de la ciudad latinoamericana. Es de esperarse que la evolución caótica de dicho discurso, al que muchos más interlocutores, grupos y estamentos deben sumar, nos ayude a entender, proyectar y administrar el desarrollo de nuestras ciudades, haciendo de ellas ambientes más propicios para la humanización, es decir, a la formación y evolución de seres cada vez más humanos. Apreciar el fenómeno urbano bajo distintas luces y enfoques es importante para su conocimiento integral. Para el conocimiento total de una montaña es tan importante contemplarla de lejos como recorrer cada collado; verla brillar durísima bajo el rosa dorado de la mañana, hacerse parte del gris de la tormenta y cubrirse de dorados y azules ambiguos al caer la tarde ¿Cuál es la verdadera montaña?

El clima urbano

El clima urbano refiere a las condiciones del clima en áreas urbanas diferentes del entorno rural, y es atribuido al desarrollo urbano. La urbanización, además de múltiples, entrelazados y complejos cambios, ejerce tremendas modificaciones irreversibles (al menos mitigables económicamente) en el paisaje rural previo, y desarrolla cambios en la atmósfera colindante.
La población en aumento en el mundo se concentra más y más en áreas urbanas de megalópolis (
Calcuta, Pekín, Shangai, Ciudad de México, Nueva York, San Pablo). Las zonas urbanas (además industrializadas) tienen fuertes cambios en las propiedades del suelo superficial. Las superficies naturales de praderas, bosques, campos, se convierten en superficies de piedra, hormigón, asfalto, metal, ladrillos. Esto afecta al balance del calor, del agua, al agua superficial, provoca en primer término cambios de las temperaturas atmosféricas, lluvias y nubosidad.

La explotación de los recursos naturales.

Los recursos naturales son los elementos y fuerzas de la naturaleza que el hombre puede utilizar y aprovechar.
Estos recursos naturales representan, además, fuentes de riqueza para la explotación económica. Por ejemplo, los minerales, el suelo, los animales y las plantas constituyen recursos naturales que el hombre puede utilizar directamente como fuentes para esta explotación. De igual forma, los combustibles, el viento y el agua pueden ser utilizados como recursos naturales para la producción de energía. Pero la mejor utilización de un recurso natural depende del conocimiento que el hombre tenga al respecto, y de las leyes que rigen la conservación de aquel.
La conservación del medio ambiente debe considerarse como un sistema de medidas sociales, socioeconómicas y técnico-productivas dirigidas a la utilización racional de los recursos naturales, la conservación de los complejos naturales típicos, escasos o en vías de extinción, así como la defensa del medio ante la contaminación y la degradación.
Las comunidades primitivas no ejercieron un gran impacto sobre los recursos naturales que explotaban, pero cuando se formaron las primeras concentraciones de población, el medio ambiente empezó a sufrir los primeros daños de consideración.
En la época feudal aumentó el número de áreas de cultivo, se incrementó la explotación de los bosques, y se desarrollaron la ganadería, la pesca y otras actividades humanas. No obstante, la revolución industrial y el surgimiento del capitalismo fueron los factores que más drásticamente incidieron en el deterioro del medio ambiente, al acelerar los procesos de contaminación del suelo por el auge del desarrollo de la industria, la explotación desmedida de los recursos naturales y el crecimiento demográfico. De ahí que el hombre tenga que aplicar medidas urgentes para proteger los recursos naturales y garantizar, al mismo tiempo, la propia supervivencia.
Los recursos naturales son de dos tipos: renovables y no renovables. La diferencia entre unos y otros está determinada por la posibilidad que tienen los renovables de ser usados una y otra vez, siempre que el hombre cuide de la regeneración.
Las plantas, los animales, el agua, el suelo, entre otros, constituyen recursos renovables siempre que exista una verdadera preocupación por explotarlos en forma tal que se permita su regeneración natural o inducida por el hombre.
Sin embargo, los minerales y el petróleo constituyen recursos no renovables porque se necesitó de complejos procesos que demoraron miles de años para que se formaran. Esto implica que al ser utilizados, no puedan ser regenerados.
Todo esto nos hace pensar en el cuidado que debe tener el hombre al explotar los recursos que le brinda la naturaleza.